No dejar a nadie ni ningún lugar atrás
No dejar a nadie ni ningún lugar atrás
En este primer reto sobre la localización de los ODS en mi Administración
he seleccionado la GUÍA PARA LA LOCALIZACIÓN DE LA AGENDA 2030 que es resultado de un trabajo entre
la Secretaría de Estado de la Agenda 2030 y la Federación Española de
Municipios y Provincias (FEMP).
He escogido esta guía en primer lugar por estar en consonancia
con la Administración en la que trabajo: la Administración General del Estado y
en segundo lugar por ser un documento muy completo y ambicioso y que plantea un enfoque de localización y trabajo desde abajo, desde las entidades locales.
Los ODS son globales, pero han
de definirse en cada territorio y tal y como nos indica la guía: van a
implementarse localmente y asegurando que su consecución a nivel provincial,
autonómico, estatal y global, sea de “abajo hacia arriba”; por tanto, el desarrollo
territorial requiere de una planificación y de tomar como punto de partida la
realidad de cada territorio. A través de la localización de la Agenda 2030, se puede adaptar la realidad local a las metas e de los ODS. En definitiva, la guía pone
de manifiesto la necesidad de un proceso de localización desde el punto de
partida de las entidades locales y estructurado en 4 fases que permita trabajar
en los siguientes ámbitos fundamentales de transformación:
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El diseño y/o adaptación
de los planes y políticas para abordar los desafíos
del desarrollo sostenible y el avance de los ODS en el territorio, desde un
adecuado diagnóstico que permita identificar los principales retos existentes y
los colectivos que se están quedando atrás, hasta su implementación y
monitoreo.
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La generación de conocimiento, interés y compromiso en la ciudadanía.
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El desarrollo de las capacidades que requiere esta Agenda en la Administración y en los actores privados.
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La movilización de la colaboración y el diálogo entre
los actores públicos y privados tanto para el diseño de los planes y políticas
como para su implementación.
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La atracción de recursos financieros públicos y privados hacia los planes y políticas para el
desarrollo sostenible del territorio y el avance en los ODS.
Estas 4 fases, en mi opinión el punto fuerte de la guía, son las siguientes:
La primera Fase: Sentando las bases trata en definitiva de realizar una serie de acciones tanto a nivel del sector público como con la ciudadanía para extender el conocimiento de la Agenda 2030 y los ODS y suscitar así el interés e involucración de todas las partes (todo el tejido social del territorio incluyendo al sector privado).
Una de las claves de esta fase es designar a la persona-s/área que desde los planos político y técnico van a tener dentro del gobierno local la responsabilidad de impulsar y coordinar el proceso de localización e implementación de los ODS.
El plan de localización es un compromiso de trabajo conjunto. Por ello, conocida la realidad del territorio y sus personas, es necesario identificar qué agentes de desarrollo están presentes, quienes están interesados en el proceso, quienes tienen o pueden tener influencia sobre él y/o son relevantes; esto debe ser lo más amplio posible para no dejar a nadie atrás. También es necesario conocer las capacidades reales de la propia entidad local y los aspectos que es necesario reforzar para llevar a cabo el proceso de localización de los ODS, su implementación y seguimiento. Contar con unos presupuestos clasificados o estructurados según la alineación del gasto a los ODS permitirá identificar la contribución de los programas de gasto a los ODS y conocer las necesidades y demandas no cubiertas. Es un primer paso para avanzar hacia presupuestos por objetivos o presupuestos de impacto.
Han de identificarse las principales brechas y desafíos existentes entre las problemáticas y retos identificados, las políticas, planes y programas actuales y los ODS. Es importante en esta fase la alineación del plan estratégico local a los ODS o de otros planes estratégicos existentes (ej. plan urbanístico, plan territorial insular, etc…)
La tercera Fase: Definición del Plan de Localización pretende que, conocida cuál es la realidad del territorio y su ciudadanía, es el momento de compartirla con todos los actores implicados en este proceso; precisar los ODS en los que se van a centrar los esfuerzos dependiendo del territorio; determinar metas locales adaptadas a las necesidades, competencias y contexto de cada territorio; de acuerdo con los ODS y metas de los pasos anteriores, identificar las políticas para abordarlas, las acciones que se van a llevar a cabo y los medios necesarios para su realización y finalmente revisar que la eliminación de las desigualdades, la igualdad de género, la protección de los recursos naturales o el impulso de un desarrollo económico más inclusivo y respetuoso con el medio ambiente están presentes en todas y cada una de las actuaciones.
La cuarta Fase: Implementación y Seguimiento consistente en hacer realidad lo planificado desde una mirada de Agenda 2030. Como actor principal del proceso, los gobiernos locales tienen la responsabilidad de gestionar la implementación de los programas y actuaciones y de la facilitación de espacios de participación e intercambio de experiencias entre los distintos actores del territorio y conocer no sólo si se están implementando los programas y actuaciones que se han planificado, sino si realmente se está contribuyendo a mejorar la vida de la ciudadanía y protegiendo el medioambiente.
Esta guía, en definitiva, pone de relieve la necesidad de abordar la localización y consecución de los objetivos ODS desde una perspectiva local que genere una progresión de abajo hacia arriba en el conjunto de las Administraciones Públicas y que afirme las bases de un futuro que, de verdad, se asiente sobre la reconstrucción de lo común, la sostenibilidad y la justicia social.
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